Poesía

Voluntad

Cuando amas, dudas del amor
y miras insignificante
a los ojos vidriosos
que en tu umbría te observan,
como si amar fuera la mirada lenta
del ayer enamorada de la fría soledad.

Si amases, donde miras
sólo estaría lo que ves
y no lo que esperas,
y lo que ves, sería voluntad.

Si quieres algo, no lo desearías,
el deseo es la voz sibilina del miedo
negando tus posibilidades,
y negado tú, el ser que viene con ellas,
la realidad no puede afirmarse
más allá del canto de una moneda.

Si quisieras sin más, serías certeza
y lo que buscas sería voluntad.

Morimos, sí.

Si vamos a morir y tenemos la certeza de ese final,
¿por qué ver la muerte como el enemigo a vencer?
¿no sería más inteligente sentarla
en nuestra morada y darle acogida
para que la vida sea su nuevo elemento?

A veces, nos vemos muertos de reojo,
porque no dejó de ocurrir,
porque ningún instante vuelve
por singular y extraordinario que fuera,
si en lugar de esperar
una respuesta a la inmortalidad,
te adelantaras como el aire
sobre el malvavisco de las tumbas,
la vida no sería de nadie, sería voluntad.

Nada que temer sobre lo que no nos pertenece
y no conoce nuestros puntos débiles.

Y sin embargo, temes.

Temes porque deseas
y el deseo hierve
en tu atmósfera libertina,
la ciudad te ha hecho creer
que eres el dueño del mapa,
cuando el mapa ya existía.

Poesía

Efemérides

Lo más valioso sucede
en el envés de la hoja verde,
donde el sol existe sin verse.

En esa pausa orgánica de la energía
el reino vegetal se protege de la vanidad
que deviene del contacto con la altura,
y no luce más ni menos
que el equilibrio con la muerte,
y cada hoja son las manos
que se juntan para meditar
y llenar de vida la eterna pregunta.

Lo más valioso sucede sin darnos cuenta
e insiste como una primavera dentro del invierno
o como un invierno dentro de su primavera,
o como una mujer en medio de la soledad.

Poesía

Mecánica

Cuando canta el gallo
rechinan las bielas y canta el fresador
en tu oído fugaz,
acostumbrado a ser la pieza
de una multitud que añora la música.

Yo soy como dice el sol
cuando habla de mí al rododendro,
y palpito con el ADN de sus hojas,
como un corazón más en la corola,
y la sístole me trae el oxígeno
de la savia que reposo en los pulmones.

Yo soy como dice el sol: merecido.

Vacío

MEDITACION Nº 29

Oracion

Somos, al fin, lo que hemos ocultado a la memoria y la memoria no nos encuentra. Somos lo que hemos desvelado y el coraje nos espera.

Podremos recordar aquello que hemos hecho nuestro, nunca aquello que nos hizo suyo; podremos avanzar en aquello para lo que todavía somos el destello de lo que fuimos porque el acto de ser no tiene memoria ni conoce límites. Las emociones son nuestros mentores.